Consideraciones sobre el cambio de la Calidad de Vida y la Educación en Panamá
Seguramente todos o casi todos coincidimos en que la vida en los años 60 más placentera que en la actualidad. Se vivía mejor, el consumismo agresivo de hoy no existía.
En los 60 había muy poca diferencia en la calidad de la educación pública y privada, solo existían unos pocos colegios privados. No veías el elitismo ni la brecha que nos avergüenza hoy.
En los 60 la Universidad de Panamá era una Universidad de primera. Hoy estamos inundados de Universidades porque la U de P no mantuvo su rol de Universidad para el pueblo.
He dictado clases en Universidades privadas y mis estudiantes de maestría han sido, en su gran mayoría, jóvenes que vienen de abajo luchando para lograr una mejor posición económica.
Estos jóvenes utilizan una parte importante de sus salarios en educarse a falta de programas atractivos que ofrezca la U de P, a pesar de su altísimo presupuesto.
En 1976 egresé de la U de P, mi primer salario fue $650.00. Hoy casi 40 años después, un recién egresado de la facultad de Economía puedes contratarlo por el mismo salario.


Todos los años gastamos millones de dólares en reparar escuelas y colegios públicos destruidos durante el período de vacaciones. Las comunidades no se preocupan por cuidar las instalaciones, no las sienten suyas, a nadie le interesa.
Cada año las clases comienzan tarde en muchos colegios públicos porque las instalaciones no están preparadas para recibir los estudiantes, la gente se queja, pero ninguno hizo nada por cuidarlas.
He propuesto un “Plan Piloto” con 10 escuelas públicas para licitar la concesión de su administración, ojala entre grupos de maestros emprendedores apoyados por AMPYME o por pequeños inversionistas.
En 1954 un grupo de educadores crearon el IJA una experiencia exitosa en educación llevada a cabo por los propios educadores. Hoy urge repetir esta experiencia.
El concesionario administraría la escuela en todas sus fases y recibiría por este servicio un pago del gobierno por cada estudiante que cursa estudios en la escuela.
Los concesionarios serían responsables de pagar salarios, los gastos de operación y de ganar dinero y de ofrecer una educación de alta calidad.
Contando siempre con la supervisión del Ministerio de Educación.
El concesionario sería libre de administrar la institución de acuerdo a su mejor criterio para lograr los objetivos del Plan Piloto: Educación de alta calidad y mantenimiento de las instalaciones.
El MEDUCA debe supervisar los centros educativos públicos como lo hace con los privados. Un ministro no debe ser responsable del techo, las bancas o la tiza de los colegios, debe preocuparse por temas que impacten la educación a corto y largo plazo, mejorar los planes de estudio, aprender como lo hacen otros los países y tomar de ellos lo mejor para aplicarlo en nuestro país.
Es importante preguntarse ¿Cuál es el costo actual de un estudiante de primaria y secundaria en el sistema de educación pública?